miércoles, 25 de diciembre de 2013

MUNICIPALES



Mirá, esto así: adentro de este coso hay un motorcito. Vos lo encendés y hace girar un ventilador que mueve como si fueran unas banditas elásticas. Las banditas no se tienen que tocar, porque si no se traba y recalienta, ¿me entendés? Las banditas, ¿qué hacen? Funcionan como protección, tipo cortina de almacén, ¿viste? Te reconoce por el peso lo que está pasando. Y si es más pesado, es como que le canta a la bandejita que está después que algo anda mal. Entonces la bandejita se traba y ahí te salta la luz, ¿me seguís? Vos si salta la luz lo tenés que llamar a Héctor. El teléfono está pegado ahí al costado, ¿ves? Acá tenemos todo organizado. Si no salta la luz, la bandejita agarra la cosa y se va para abajo, como un ascensor. Ahí ya lo agarran los chicos de Sellado y vos te olvidás. Si los de Sellado te dicen algo, vos como si nada, cosa de ellos, ¿me entendés? Lo tuyo está acá. Ahora, ¿qué puede pasar? Prendés el motorcito, gira el ventilador, pasa las banditas, el coso cae en la bandejita y hasta ahí todo bien, vos tranquilo. Pero ¿qué pasa? Se traba cuando está bajando y la luz te sigue verde. ¿Qué hacemos? ¿Es problema tuyo o de Sellado? Ahí no lo llames a Héctor porque te va a decir que eso no es nuestro. A lo sumo escribilo en el cuaderno y olvidate, te va a decir. Pero a vos te tiene que funcionar, ¿me entendés? Es un quilombo. A Sellado no podés llamar porque habilitás que después ellos te llamen a vos. Es como que les debés una. ¿Entonces? Claro, yo puse la misma cara. Pero ¿qué hacés? Escuchame bien: ¿ves ese palo de escoba que está ahí? Lo agarrás. Desatornillás la rejita de arriba del ventilador. Si no tenés destornillador, llamás a Hugo de Mantenimiento, que el teléfono está pegado del otro lado. Pero yo que vos, me traigo un destornillador y te olvidás. ¿Qué hacés? Sacás la rejita. Punta de palo de escoba. Ojo con darle al ventilador, que lo llegás a tocar y andá pensando cómo le explicás a tu señora que vuelven a comer fideos. Palo de escoba y Tuc, golpe seco. Ahí arranca seguro. Con eso, no puede pasar que siga trabado. Sacás el palo, ponés la rejita y chau. A las doce y media se come. Quince minutos. Ya lo saben los del sindicato, estamos a esto de lograr diez minutos más. Suerte, pibe. Y acordarte: cualquier cosa, Tuc. Golpe seco. 

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