Me parece que acá se está hablando de muchos asuntos pero
nadie menciona lo verdaderamente importante. Un flagelo cotidiano, señores. Y a
los responsables se los nombra con todas las letras. Les estoy hablando de Los
Ladrones de Atún. Así como lo escuchan. Si no los habían sentido nombrar es
porque los medios de comunicación (y acá hay una clara complicidad entre
oficialistas y opositores, por más enfrentados que se muestren), los medios de
comunicación, decía, no muestran nada al respecto. Será que tienen intereses en el
asunto. Le cuento, señora. Un domingo a las tres de la tarde me agarra un
hambre voraz. En la heladera hay dos sobres de mayonesa chicos, de esos que mi
tío Carlitos se roba de los locales de comidas rápidas en una acción que
denomina “breves rasguños al neoliberalismo”. Entonces, mayonesa en la heladera
y, en la alacena, un poco de arroz. ¿Qué podría sumarse a estos dos elementos
para elaborar un plato veraniego? Atún, señores. Atún al natural. Una ensalada
de atún, arroz y mayonesa. Voy hasta el único supermercado abierto en el barrio
ese día y a esa hora. No es cuestión aquí de hacer publicidad gratuita, pero el
supermercado que tiene el símbolo de porcentaje no cierra nunca al mediodía.
Para que aprendan los almaceneros que se quejan de la competencia desleal.
Entonces recorro las góndolas y nada. Estoy a punto de comprar pickles, pero me
niego. Yo quiero atún. Tengo derecho a comer lo que imaginé. (Agradezco al
muchachito de tatuajes que asiente con la cabeza, los jóvenes serán quienes
continúen nuestra lucha). Entonces voy a la caja a averiguar. Como soy
respetuoso, no me adelanto en la cola. Espero mi turno aunque no tenga nada en
la mano. ¿Y qué me encuentro? Un cartel escrito en marcador que dice “Pedir
atún en caja”. Cuando me atiende la chica de reflejos violetas le digo:
“Escucheme, ¿por qué tengo que pedir el atún en caja y no está en las góndolas
como el resto de los productos?”. La chica, sin quitar los ojos de la caja
registradora, informa: “Porque se lo roban”. Como lo escuchan, señores. Se
roban el atún. ¿Al aceite, al natural, desmenuzado, en trozos, el de marca, el
económico? “Se roban todos los atunes”, dice la chica, que ahora sí me mira a
los ojos, pero rápidamente quita la vista por lo que después sabré que era un
resto de pasta dentífrica en la comisura de mis labios. Ya escucharon: se roban
todos los atunes. Y no es un caso aislado, no. Acá hablamos de mafias
organizadas, de zonas liberadas por los repositores. No podría asegurar que los
ladrones vienen del otro lado de la General Paz, pero no descarto la hipótesis.
Pero, ¿quiénes somos los damnificados? Nosotros, los que queremos una simple
ensalada veraniega. Y los dueños de los supermercados, por supuesto, que tan
noblemente invierten en nuestro país para hacerlo crecer. Siempre la ligamos
los laburantes, las personas de buena fe, la gente de familia. Y me parece que
es tiempo de organizarse para que esto se termine de una vez. Ahora que lo
denunciamos, tratarán de conformarnos apresando a uno o dos perejiles. Acá lo
que queremos es que se trate el tema de fondo. ¡Fuera Ladrones de Atún de
nuestros supermercados! ¡No a la complicidad de los repositores! ¡Justicia para
nuestras ensaladas y tartas! Ya mismo voy a mandar un mail general, mientras mi
vecina Graciela, que tiene más de cincuenta años pero maneja bastante bien el tema
de las redes sociales, arma un grupo de facebook.
Tengo derecho a comer lo que imaginé. Épico
ResponderEliminarMe rompe las bolas que cada vez que uno comenta algo lo hacen "demostrar que no es un robot". Y me inquieta mucho que lo que demuestre tu calidad de no-robot (en este caso, humano) sea la capacidad de leer letras onduladas y tachadas. Eso es lo que nos separa de los robots. Roguemos que no aprendan a hacerlo, porque sino todo se viene abajo
ResponderEliminarAhí voy a hacerlo una vez más. Y si no me sale??!!
Manu, efectivamente el "como quieren que me calme" está en 28 Días. Para conseguirlo podés escribirme a diegoskliar@yahoo.com.ar
EliminarGracias!