Dos policías de civil, acodados en la barra de un bar
boliviano.
- ¿Viste el tatuaje de aquél?
- ¿De cuál?
- El de la remera de Chicago Bulls.
No lo ve. Hace que estira los huesos para reubicarse y
mirarlo sin despertar sospechas.
- Sí, Chicago Bulls, ¿qué tiene?
- El tatuaje.
- Parece una serpiente.
- Es una serpiente.
- ¿Y qué pasa con la serpiente?
- Yo quiero un tatuaje así.
- ¿Y por qué no te lo hacés?
- Porque tengo piel sensible.
Los policías vuelven a sus vasos. No hablarán de nuevo hasta
dentro de diez minutos, cuando uno le pregunte al otro si ya son las tres, que
a las tres viene el recambio, que cuánto falta para las tres.
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