Hay pequeños caracoles de caparazón cónico en una maceta de
mi terraza.
Hay en la pared un retrato que pintó mi sobrino, donde tengo
la barba separada del cuerpo.
Hay una moneda de cincuenta centavos en el colchón.
Hay una llave entre mis llaves que no sé qué puerta abre ni
cómo llegó ahí.
Hay un dolor debajo de la costilla que va y viene.
Hay, dicen, moscas en el paraíso.
Hay un tema de Julieta Venegas que me encanta.
Hay una lámina de Ródtxenko que se llama “La construcción
del futuro” y nunca enmarqué.
Hay dogmatismos de “compañerxs” que me dan ganas de
entregarme a la PlayStation.
Hay un viaje que quiero hacer.
Hay una mochila a la que se le rompieron cierres fundamentales.
Hay silencio donde busqué una conversación.
Hay una baldosa floja en la cocina que la pateo todos los
días y se desarma.
Hay un libro que se llama “Filosofía de la deserción” con un
señalador en la página 32.
"Hay silencio donde busqué una conversación"
ResponderEliminarEsta es una de esas frases que te dejan en silencio, pensando por qué ponerle palabras a todo, inclusive a este comentario.
Hay un pequeño poema que dice "¿Y si lo que digo no supera al silencio?". Cabe preguntarse si debió ser escrito. Gracias por el tiempo, Julita.
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